Redacción, 19-02-2024.- Existen diferentes estudios observacionales que han demostrado que el nivel de actividad física realizada a lo largo de la vida influye significativamente en las posibilidades de sufrir una demencia. Se ha visto que puede reducir el riesgo hasta en un 20% o bien demorar su aparición hasta 12 años.
Con ese objetivo, el Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid, fomenta el ejercicio físico a través de talleres adaptados formativos para fortalecer la salud cerebral y proteger a la población contra las enfermedades del sistema nervioso.
Dentro de su programa de Salud Responsable, centrado en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, el Servicio de Neurología del centro torrejonero está impartiendo una Escuela de Neurología destinada a mantener el cerebro sano. Entre las diferentes sesiones que tienen lugar en ella, el ejercicio físico cuenta con un papel fundamental, ya que no solo tiene un impacto físico determinante en la salud cardiovascular, sino que influye directamente en el funcionamiento cerebral. «Ejercicio físico para quienes no tienen tiempo de hacerlo» es el taller a través del que neurólogas del Hospital Universitario de Torrejón combaten la falta de ejercicio:
“Todo lo que evite el sedentarismo será positivo, ya que habrá un impacto positivo por poco ejercicio que se haga”, explican.
“Cuando los neurólogos hablamos de actividad física, solemos referirnos a 150-300 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada o 75-150 si es intensa, intercalados con actividades de fortalecimiento muscular”, expone la Dra. Miriam Eimil, Neuróloga del Hospital Universitario de Torrejón. En el caso de que existan ciertos problemas de movilidad, al menos es importante evitar el sedentarismo:
“Cada 30 minutos de estar sentados habría que levantarse y moverse”.
Desde el centro torrejonero inciden en los beneficios que puede aportar el ejercicio a niveles de prevención, pero también para combatir la demencia: “El ejercicio mejora el metabolismo cerebral y puede hacer que el impacto de la demencia, una vez establecida, se aminore, facilitando estrategias de compensación y permitiendo mantener la funcionalidad para que el paciente conserve su autonomía más tiempo”.