Redacción, 12-09-2014.- La sepsis es una dolencia crítica que se produce cuando el cuerpo, como respuesta natural a una infección lesiona sus propios tejidos y órganos (mediante grandes inflamaciones) y que en los casos más severos puede provocar un shock séptico o un fallo multiorgánico que, en un número importante de casos, provoca la muerte.
En España, la sepsis afecta a unas 50.000 personas cada año (104 casos por cada 100.000 habitantes), de las cuales 17.000 mueren. Para comprender la magnitud de la cifra, conviene recordar que es más de 15 veces superior a los fallecidos en accidentes de tráfico, y ostensiblemente superior a las muertes provocadas por algunos cánceres comunes y que despiertan amplia preocupación social, como el de mama, colon, páncreas o próstata. “La frecuencia de casos de sepsis también es mucho más alta que los infartos, las embolias o las hemorragias cerebrales espontáneas, que sin embargo son dolencias mucho más conocidas porque es más fácil de entender lo que son. Por eso es importante que sigamos explicando lo que es la sepsis y que se siga investigando sobre ella”, explica Miguel Sánchez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
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LOS CASOS VAN EN AUMENTO
Ocho millones de pacientes mueren de sepsis cada año en todo el mundo (aproximadamente una persona cada cuatro segundos), y se registran de 20 a 30 millones de casos. Y las previsiones son poco halagüeñas. En los últimos diez años el número de pacientes se ha duplicado, y los estudios consideran que la tendencia seguirá al alza. En los países subdesarrollados, la sepsis ya provoca la muerte a más de 6 millones de recién nacidos.
La explicación para este aumento de casos descansa en el mismo argumento que se aplica a otras dolencias: cuanto más se conoce una enfermedad más se diagnostica, lo que no necesariamente implica que haya más casos que antes, simplemente se detectan y se tratan más. Sin embargo, también se barajan otros factores objetivos que sí que pueden explicar el aumento de los casos: el incremento de la población de más de 70 años (y por tanto el aumento en el tratamiento de enfermedades crónicas en condiciones de inmunodepresión), las complicaciones infecciones postquirúrgicas y el uso de sondas y catéteres que se asocian a infecciones bacterianas.
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