Redacción, 05-12-2014.- Luis S. Granjel, la figura de más renombre en el mundo de la Historia de la Medicina Española nos deja a los 94 años de edad. Verdadera autoridad moral y científica, su desaparición suponen una gran pérdida para los profesionales de la Historia de la Medicina, para la Universidad de Salamanca, pues era uno de sus grandes catedráticos y referente para toda una generación de médicos formados en su magisterio.
La necrológica del periódico ABC inscribe en su contexto médico, científico y humano a uno de los autores más prolíficos de la historia de las ciencias biomédicas. He bebido muchísima información en sus textos del s. XVII, joyas literarias e históricas de aquella España matizada con un rigor incomparable de este humanista al que también le debo conocer la vida y la obra del Dr. Andrés Laguna a finales del s. XVI. Bien nos vendría recuperar en tiempo real en esta parte de la historia aquellos escritos de “El médico en la literatura picaresca” en donde Quevedo hacía los destrozos satíricos oportunos en aquel momento en el que las redes sociales eran sustituidas con precisión y esmero por el verbo y la palabra, tanto oral como escrita, en beneficio de una comunicación que con gran sentido del humor reflejaba los beneficios de los galenos y los perjuicios de algunos barberos.
Esta estampa del médico, trazada por distintas plumas, la resume los siguientes versos puestos por Enríquez Gómez en boca de un hijo de Esculapio: “Mi cotidiano pan, es la sangría; Mi ganancia suave, / Uno y otro jarabe: / Mi hacienda bien ganada, / Una purga endiablada: / Mi mayorazgo, el pulso; / La muerte, mi recurso; / La orina, mi consejo; / La cámara, mi espejo; / Mi puñal, un barbero.
José María Urkia Etxabe, Profesor Titular de Historia de la Medicina en la Universidad UPV/EHU, relata y pone en su contexto al Prof. Granjel que con casi un siglo de arduo trabajo, como dice el autor, “la huella dejada en la ciudad del Tormes es palpable, desde el famoso Palacio Fonseca, su Instituto de Historia de la Medicina, la docencia universitaria tanto en la Universidad Civil como en la Pontificia. Riguroso, modelo de docente, volcado en la transmisión del saber histórico-médico, forjador de escuela en Salamanca, Valladolid, Cádiz, Madrid y el País Vasco”. Es lo que hay.
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