Redacción, 13-04-2020.- Nuestros mayores representan la población más vulnerable en estos momentos y hay que extremar su protección y sus cuidados. Por este motivo, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) hace especial énfasis en que este colectivo debe seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad para prevenir el contagio y cuidar especialmente sus hábitos alimentarios.
Tal y como recoge FEN, la dieta tipo mediterráneo es clave para mantener una vida saludable y siempre es una buena opción para nuestros mayores. Es rica en hidratos de carbono complejos y fibra, tiene una baja aportación de grasas saturadas y colesterol, y es rica en proteínas de alto valor biológico.
Es importante mantener una buena hidratación y beber entre dos y dos litros y medio de agua al día. “No hay que olvidar que nuestros mayores tienen una mayor disminución de la percepción de la sed y, por tanto, mayor riesgo de deshidratación. Lo aconsejable es que, al menos, el 80% del líquido ingerido sea consumo directo y el otro 20% restante, proceda de alimentos sólidos (verduras, frutas)”.
Se incide en no excederse con la ingesta de calorías, pero sí que la dieta tenga una elevada densidad nutricional, sobre todo teniendo en cuenta que la actividad física de las personas mayores se ha reducido considerablemente con motivo del confinamiento. Para ello, además de reducir el consumo de carnes rojas y carnes procesadas, o de alimentos ricos en azúcares sencillos, una buena opción es cocinar al vapor, a la plancha, ya que además mantiene estables las características nutricionales de los alimentos.
Las frutas y verduras no pueden faltar en la alimentación de los mayores y las legumbres son otro de los alimentos recomendados. Son una importante fuente de proteína, hidratos de carbono complejos y fibra, al igual que los pescados y mariscos, y deberían consumirse entre 2 y 3 veces por semana.
Atención a la vitamina D
Especial atención merece en estos momentos la ingesta de calcio y vitamina D, ya que unos niveles adecuados contribuyen a reducir el riesgo de desmineralización ósea y de fracturas de las personas mayores. Las principales fuentes dietéticas de vitamina D son la leche y los productos lácteos, los cereales, las yemas de huevo, el pescado graso (“azul”) y el hígado. Y en la medida de lo posible, recuerdan, es aconsejable una exposición solar diaria en manos cara y brazos, de al menos entre 10 y 15 minutos.
Mantener la motivación ahora es fundamental para todos, pero especialmente para nuestros mayores. La alimentación, entre otros factores, influye positivamente en la vida saludable, y más si se puede hacer en compañía, según indican desde la Fundación Española de la Nutrición, así que cuidémosla entre todos y, por supuesto, cuidemos el bienestar y la salud de nuestros mayores.