Redacción, 09-02-2017.- La Organización Mundial de la Salud ha informado de que cerca de 50 millones de personas padecen epilepsia. En nuestro país, afecta a cerca de 400.000 personas y anualmente se diagnostican más de 20.000 casos nuevos. Esta enfermedad neurológica crónica puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. En un alto porcentaje de los casos se manifiesta en la infancia y la adolescencia y, después, a partir de los 65 años.
Sin embargo, y como aclara la Dra. Cristina Alarcón del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario, “aunque hoy en día disponemos de pruebas eficaces de diagnóstico, sabemos que una parte de los pacientes puede tardar años en recibir un dictamen certero de la enfermedad. Afortunadamente, este grupo de pacientes cada vez es menor”.
Los motivos, como aclara esta especialista, son que “las crisis o convulsiones asociadas a la enfermedad se producen en otro tipo de crisis: febriles, metabólicas, secundarias a enfermedades infecciosas o a traumatismos, por supresión de drogas, por accidentes cerebro-vasculares o procesos que simulan crisis epilépticas. El diagnóstico de epilepsia es a menudo difícil y con mucha frecuencia se confunde con trastornos del sueño o con enfermedades psiquiátricas”.
Es importante llevar a “cabo un diagnóstico precoz y diferencial”, insiste la Dra. Alarcón. Para ello, los especialistas deben realizar “una exhaustiva historia clínica del paciente, recabar la información precisa en una entrevista detallada en la consulta y disponemos de pruebas de imagen (como la resonancia magnética) y del electroencefalograma para confirmar el diagnóstico”, apostilla.
Afortunadamente, hoy en día “cerca del 80% de las personas pueden hacer una vida normal y en los últimos años se han desarrollado nuevos fármacos eficaces, más los que están en proceso de investigación”, recalca la doctora de INEAMAD.