Redacción, 12-05-2014.- En los últimos años el exceso de peso se ha convertido en uno de los principales problemas de salud entre la población española, hasta el punto de que un 17 por ciento de la población adulta padece obesidad, un porcentaje que se eleva hasta el 53,7 por ciento si se tiene en cuenta también a las personas que sufren sobrepeso, según los últimos datos oficiales.
Además de disminuir la calidad de vida, la obesidad, que viene creciendo desde hace al menos tres décadas, aumenta el riesgo de presentar otras enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial, la dislipidemia, el síndrome de la apnea del sueño y diversos tipos de tumores malignos como el cáncer de colon o de endometrio.
Consciente de esta problemática, la Clínica La Luz ha constituido el Centro Integral de Obesidad y Sobrepeso (CIOS), una nueva unidad asistencial que ofrece un novedoso abordaje contra el exceso de peso en sus distintos grados a partir del diseño de una serie de itinerarios terapéuticos individualizados según el perfil y las necesidades de cada paciente.
Partiendo de la dilatada experiencia de la Clínica La Luz y la excelencia de sus profesionales, el CIOS entiende el sobrepeso, y en especial la obesidad, como procesos complejos en los que intervienen múltiples factores y cuyo tratamiento requiere un equipo coordinado y multidisciplinar integrado por endocrinólogos, dietistas, psicólogos y cirujanos, entre otros, que a su vez trabajan en contacto permanente con el resto de especialistas de la Clínica.
Pero además los profesionales del CIOS trabajan con la premisa de que el paciente no debe ser un sujeto pasivo, sino que debe ser un agente plenamente activo que ha de participar junto con el equipo clínico que le atiende en la consecución de los objetivos y metas, que deben estar acordados desde el inicio del tratamiento para poder ser garantizados en función de sus expectativas.
“Hay muchos factores que intervienen en el desarrollo de la obesidad: la herencia, los hábitos alimenticios, los estados emocionales, el estrés, la influencia del entorno, la escasez de actividad física… Sin olvidar el propio proceso del envejecimiento, algunas enfermedades o efectos secundarios de algunos medicamentos”, explica Susana Cantón, psicóloga clínica especialista en
obesidad y coordinadora del CIOS.
“Por esta razón –agrega– el tratamiento debe abordarse de manera integral con diferentes estrategias que deben establecerse de forma coordinada y protocolizada y que comprenden asesoramiento dietético, cambios en el estilo de vida, cirugía bariátrica en caso de ser necesaria y apoyo psicológico con el fin de diseñar nuevos hábitos y potenciar el bienestar del paciente».
El CIOS está estructurado en torno a dos ejes principales: el médico y el quirúrgico. El primero está dirigido por la doctora Clotilde Vázquez, una de las especialistas en endocrinología y nutrición más conocidas y respetadas de la sanidad española. A su lado trabaja la enfermera especializada en nutrición, obesidad y diabetes Esmeralda Martín.
En cuanto a la rama quirúrgica, está liderada por el doctor Manuel Miras, actual jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica de la Obesidad de la Clínica La Luz y uno de los cirujanos españoles con más experiencia en los distintos procedimientos quirúrgicos.
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ITINERARIOS TERAPÉUTICOS INDIVIDUALIZADOS
El abordaje comienza con una primera consulta con la coordinadora del CIOS, en la que se valorará el estado general del paciente, su historia clínica completa y sus circunstancias personales relacionadas con el exceso de peso (índice de masa corporal o IMC, edad de inicio, antecedentes familiares, dietas realizadas, hábitos alimenticios, enfermedades asociadas, comorbilidades emocionales, estilo de vida, etcétera). Tras el debate entre los diferentes especialistas, el equipo médico del CIOS determinará un tratamiento a seguir en cada caso, ajustado siempre a las características del paciente y de común acuerdo con el mismo.
Los distintos tratamientos siguen itinerarios terapéuticos concretos basados en la consecución de objetivos progresivos y comprobables. “Pero una vez logrados los objetivos no podemos dejar solo al paciente, que tendrá las puertas abiertas de nuestra Escuela de Hábitos Saludables, un ciclo permanente de sesiones de apoyo que se celebrará en la Clínica con periodicidad fija y donde podrá compartir sus experiencias con otros pacientes y con los integrantes del CIOS”, señala Cantón, que recuerda que el lema del nuevo Centro es “Juntos contra la Obesidad”.
“El sobrepeso y la obesidad son trastornos heterogéneos y complejos que requieren un abordaje clínico integral, y la complicidad de la persona que los padece para protagonizar un cambio de mentalidad y de estilo de vida”, señala por su parte la doctora Vázquez.
En cuanto a las dietas, Esmeralda Martín destaca que seguir una de ellas “no debe significar monotonía ni pasar hambre; es más: ambas sensaciones son contraproducentes”. “Nuestro plan de alimentación –añade– es personalizado, y no está reñido con el gusto y el placer de comer. Se adapta asimismo a las situaciones clínicas y vitales del paciente”.
Por otro lado hay pacientes que, por su perfil y su índice de obesidad, necesitan ayudarse de cirugía para lograr los objetivos propuestos. “En el caso de la obesidad mórbida (pacientes con IMC de 40 o más o de 35 con enfermedad asociada) el único tratamiento que ofrece buenos resultados y que se mantienen en el tiempo es la cirugía”, explica el doctor Miras. “Por supuesto es muy importante contar con la participación del paciente a la hora de definir el proceso quirúrgico más adecuado a cada caso”, agrega.
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PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS FRECUENTES
El doctor Miras recuerda en este punto que existen numerosos procedimientos para operar la obesidad, siendo el by-pass gástrico y la gastrectomía tubular los más frecuentes para casos de obesidad severa. El primero consiste en dividir el estómago y formar un pequeño reservorio que se conecta directamente intestino delgado; mientras que en el segundo proceso el estómago se reduce a un tubo con una capacidad de entre 80 y 100 centímetros cúbicos.
“En la gastrectomía tubular –agrega el especialista– la pérdida de peso se produce porque la capacidad del estómago se reduce al 20% y como consecuencia el paciente come menos porque no siente necesidad. En el caso del by-pass el paciente no solo come menos, sino que además se produce una malabsorción de las calorías de los alimentos, que pasan casi directamente al intestino delgado y en una cantidad de por sí mucho más reducida”.
Para casos en los que la necesidad de pérdida de peso es menos severa, o cuando el perfil del paciente así lo aconseja, se puede recurrir a intervenciones menos invasivas como el marcapasos gástrico, que consiste en la colocación de un sensor que controla y regula la ingesta de alimentos y puede ser regulado a distancia por el especialista; o los procedimientos que, como ocurre con el Apollo, se basan en “plegar” la superficie de la mucosa del estómago para reducir su volumen hasta que se consigue la pérdida de peso.
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