Redacción, 29-06-2020.- La obesidad infantil en España era ya una de las más altas de Europa y se ha visto aún más agravada durante la cuarentena, hasta el punto de que los especialistas alertan de que «puede haberse incrementado en unos tres kilos el peso medio de la población infantil española, a razón de al menos uno por mes«, advierte el doctor Manuel Baca, jefe del Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Quirónsalud Málaga. Unas cifras que también alarman a la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), que ha estimado un incremento medio cercano al 5% en el peso de los niños y adolescentes tras el confinamiento por el coronavirus.
Según el pediatra, «en el niño es fundamental crear una serie de hábitos y al frente de ellos deben estar la alimentación y el ejercicio. Desgraciadamente, esta situación de confinamiento ha llevado a los más pequeños a una ausencia total de ejercicio, un sedentarismo extremo durante meses unido a unos hábitos alimenticios que se desviaban de lo que debe ser la correcta alimentación de un niño».
Tal y como recoge Quirónsalud, para hacerlo aún más complicado, el doctor Manuel Baca alerta sobre el hecho de que «ambos aspectos se unen a una derivada psicológica ante todo lo acontecido con gran repercusión sobre el niño al estar en un proceso de formación y desarrollo de sus afectos y sentimientos, por lo que es fundamental encauzar esta situación. Si se prolonga, si lo que eran pequeñas alteraciones de sus hábitos empieza a fundamentarse y tener raíces en la propia expresión del niño, realmente creo que no exageramos al decir que el gran drama oculto del coronavirus en el caso de los niños es la obesidad«.
Por todo ello, los expertos piden la movilización de las familias para que fomenten la actividad física, jueguen con los niños, les hagan intervenir en rutinas con la finalidad de que la vida de los más pequeños vuelva a la senda de los hábitos de vida saludables y que, con el paso de los años, «no recuerden esta situación solo como un momento muy negativo sino como un punto de inflexión para ordenar sus vidas«.
El jefe del equipo de Pediatría anima a actuar cuanto antes y no sumar las dinámicas negativas de los meses de confinamiento a los meses de vacaciones de verano.
Y es que, la dualidad pandemia y vacaciones genera unas previsiones nada halagüeñas para los expertos en relación con la obesidad infantil. Se basan, sobre todo, en estudios previos que evidencian un incremento del peso corporal de los niños durante el periodo estival de vacaciones en un año convencional, atribuible a los cambios que se producen en verano en comparación a los hábitos durante el curso escolar.