Redacción, 11-03-2015.- El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra y cuyas causas exactas se desconocen, pero los científicos creen que contribuyen a su desarrollo una combinación de factores genéticos y ambientales.
La Organización Mundial de la Salud calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma. La tasa de letalidad del asma es relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas; no obstante, en 2005 fallecieron 255 000 personas por esa causa.
Científicos dirigidos por inmunólogos moleculares en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, han identificado una forma de apuntar a un tipo de célula recientemente descubierta que causa asma, allanando el camino para curar esta enfermedad pulmonar crónica que irrita y estrecha las vías respiratorias. Actualmente, el objetivo del tratamiento del asma es controlar los síntomas, aunque es el asma grave el que presenta más problemas para su control, y en ello influyen factores como la adherencia al tratamiento, el control de las comorbilidades o la falta de conocimiento sobre los desencadenantes de las exacerbaciones o crisis graves que padecen estos pacientes.
«Si podemos apuntar a ILC2s, podríamos ser capaces de curar el asma o exacerbaciones causadas por estas células en particular«, afirma Omid Akbari, profesor asociado de Inmunología Molecular y Celular en la Escuela de Medicina Keck de la USC e investigador principal del trabajo. «En este estudio, hemos descubierto moléculas críticas para la homeostasis, supervivencia y funcionamiento de ILC2. Creemos que la orientación de estas moléculas o las vías relacionadas podría algún día curar a un paciente con asma dependiente de ILC2», augura.