Redacción, 12-03-2021.- Cuando los niveles de polen en el aire son más altos, se observan mayores tasas de infección por el SARS-CoV-2, según los resultados de un estudio a gran escala realizado por un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich y el Helmholtz Zentrum Múnich (Alemania).
Tal y como recoge El Mundo, en la primavera de 2020, el brote de la pandemia de coronavirus pareció coincidir con la estación del polen de los árboles en el hemisferio norte. Estas observaciones llevaron a un equipo internacional de investigadores a realizar una amplia investigación. Estos científicos querían saber si existe una relación demostrable entre las concentraciones de polen en el aire y las tasas de infección del SARS-CoV-2.
El equipo recopiló datos sobre las concentraciones de polen en el aire, las condiciones meteorológicas y las infecciones por el SARS-CoV-2, teniendo en cuenta la variación de las tasas de infección de un día a otro y el número total de pruebas positivas. En sus cálculos, el equipo también incluyó datos sobre la densidad de población y los efectos de las medidas de confinamiento. Los 154 investigadores analizaron los datos sobre el polen de 130 estaciones de 31 países de los cinco continentes.
Durante los intervalos sin confinamiento, las tasas de infección eran de media un 4% más altas con cada aumento de 100 granos de polen en el aire por metro cúbico.
En algunas ciudades alemanas, se registraron concentraciones de hasta 500 granos de polen por metro cúbico al día durante el estudio, lo que supuso un aumento global de las tasas de infección de más del 20%. Sin embargo, en las regiones en las que se aplicaron normas de confinamiento, las cifras de infección fueron, por término medio, solo la mitad con concentraciones de polen comparables.
Las altas concentraciones de polen provocan una respuesta inmunitaria más débil en las vías respiratorias a los virus que pueden causar tos y resfriados. Cuando un virus entra en el cuerpo, las células infectadas suelen enviar proteínas mensajeras. Este es también el caso del SARS-CoV-2. Estas proteínas, conocidas como interferones antivirales, indican a las células cercanas que aumenten sus defensas antivirales para mantener a raya a los invasores. Además, se activa una respuesta inflamatoria adecuada para combatir los virus.