Redacción, 28-02-18. El ‘Diario de Sevilla’ realiza una entrevista a Aaron Ciechanover, biólogo, médico y Premio Nobel de Qumímica. El doctor aborda la situación de la medicina en el presente y el futuro y su accesibilidad a la población. A continuación recogemos un extracto de la entrevista.
Pregunta– ¿Cuántas enfermedades menos tendrán nuestros nietos?
Respuesta–Cada vez comprendemos mejor las cardiacas. No estoy tan seguro con las enfermedades del cerebro, pero sí con el cáncer. En poco tiempo podrán sustituirse tejidos dañados y habrá órganos artificiales.
P–¿Es usted un optimista?
R–Sin duda. No sólo habrá más tratamientos, sino mejores diagnósticos. Ahora el cáncer se detecta cuando hay un tumor grande y visible, pero habrá un día en que se detecte cuando irrumpa la primera célula. Podrá eliminarse desde el inicio. En 50 años, la medicina será muy distinta. Otra cosa es que sea accesible para todos, pues será muy cara.
P–¿Qué otras enfermedades tendrán nuestros nietos?
R–Hace un siglo la gente apenas moría de cáncer. Pero porque no se vivía bastante para tenerlo. Cuanto más se vive, más probabilidad hay de contraerlo. Ocurre lo mismo con las enfermedades coronarias y con las degenerativas.
P–¿Por qué ha empezado a haber tantas alergias y enfermedades autoinmunes?
R–Que el organismo se ataca a sí mismo en el caso de dolencias autoinmunes y combate a sustancias a priori inofensivas, como el polen, en el caso de las alergias. La pregunta es por qué de repente nuestro sistema inmune reconoce como ajeno un tejido interno o nocivo algo inocuo como el polen.
P–Se habla de que el investigador ha de ser creativo. ¿Qué une a un hallazgo científico con un baile por bulería?
R–La improvisación. Si un investigador no sabe improvisar en su escenario, el de una situación real, no obtendrá resultados. Hay que estar preparado para resolver al instante.
P–¿Cómo de distinto sería el mundo si no hubiera descubierto el sistema de la ubiquitina, que es por lo que obtuvo el Premio Nobel?
R–Un poco distinto solamente. Pero el descubrimiento en sí mismo no vale nada si otros no son capaces de aplicarlo, como fue en este caso, a la creación de fármacos.