Redacción, 23-10-2023.- El estrés está relacionado con una de las enfermedades más comunes de la retina que se llama coriorretinopatía serosa central que consiste en la acumulación de líquido debajo de la retina, concretamente en la mácula que es el área de mayor visión de la retina. Provoca visión borrosa y no se distinguen bien los colores.
Tal y como recoge Diario de Sevilla, esta patología suele darse en un ojo por vez, pero también puede afectar a los dos ojos. Generalmente, ocurre en hombres de entre 20-50 años presentando pérdida de visión o distorsión de la visión central.
Esta enfermedad suele desaparecer por sí misma en un periodo de tiempo de dos meses aproximadamente, no necesita tratamiento, pero debe estar siempre controlada y bajo la supervisión periódica del oftalmólogo. Aunque se recupere la visión de manera «natural», el ojo ya ha sufrido una lesión, por lo que hay altas probabilidades de que no vuelva a estar como antes. La coriorretinopatía puede ser recurrente, es decir, que en el 30-50% de los casos se repite a lo largo de la vida de la persona.
¿Por qué ocurre esto?
Evolutivamente nuestros ojos no están diseñados para enfocar de cerca durante horas, aun así pasamos más de siete horas al día mirando al móvil u otras pantallas. Cuanto más tiempo enfocamos de cerca, más forzamos el músculo de enfoque, lo que hace que nuestro ojo se alargue. Así que pasa de tener la forma de un círculo, a tener la forma de un óvalo y esto es lo que produce la miopía.
Son personas que están sometidas a un alto nivel de estrés, por lo que es aconsejable acudir al psicólogo cuando se encuentren mentalmente muy cansados.