Redacción, 15-08-2022.-Las olas de calor que se han vivido este verano son las más extremas en España desde que hay registros.
En estas circunstancias, la deshidratación y el aumento de la temperatura corporal provocarían un fracaso en nuestros mecanismos de termorregulación, ocasionando problemas que pueden llegar a ser graves.
De ahí que, como advierte el Dr. Marco Antonio Strocchia, traumatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario (HNSR), “lo primero que tenemos que intentar es anticiparnos y evitar que llegue el temido golpe de calor mientras practicamos deporte”.
Para ello es fundamental saber identificar los síntomas, según recoge el HNSR.
Los más habituales son:
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Mareo
- Náuseas y vómitos
- Inestabilidad
- Enrojecimiento y sequedad de la piel
“Uno de los primeros síntomas de la deshidratación pueden ser las náuseas que se pueden confundir con problemas gastrointestinales. En estos casos, tenemos que intentar seguir bebiendo y comiendo en pequeñas dosis, para evitar que la deshidratación avance y que se nos cierre el estómago haciendo cada vez más difícil la ingesta de bebida y alimentos. Esto provocaría un agravamiento de la deshidratación”, abunda el especialista.
Prevenir un golpe de calor durante el ejercicio:
- Hidratarnos perfectamente antes, durante y después de ejercitarnos con agua y también con sales minerales en el caso de que la duración se estime superior a una hora o el ejercicio vaya a ser muy intenso. “La ingesta de líquidos tiene que ser gradual y en pequeñas tomas, nunca en grandes cantidades repentinas, y muy importante, sin esperar a tener sed”.
- Adecuar el ejercicio a nuestro estado de forma y, en caso de no estar acostumbrados, evitar las horas de más calor y exposición al sol (horas centrales del día, donde las temperaturas son extremas). “Aunque se esté en forma, es recomendable no realizar esfuerzos extenuantes con temperaturas muy altas”.
- Usar prendas técnicas que nos ayuden a transpirar y ventilar correctamente.