Redacción, 29-11-2023.- El victimismo es una forma de calmar la ira y la frustración. Este tipo de personas tratan de evadir el enfado, pero no se dan cuenta de que es algo que no pueden evitar porque es una emoción como otra cualquiera y tiene que estar ahí. Entonces cuando se «ven acorralados» y se tienen que enfrentar a esa emoción, ponen el foco en otras personas.
Tal y como recoge Diario de Sevilla, ahora dale la vuelta a la tortilla. Puede que seas tú quien tengas este comportamiento, tóxico por cierto, pero sientes que «Todo te pasa» y que «No tienes la culpa de nada». Lo más probable es que cuando veas que no sabes cómo asumir tu propia responsabilidad, respondas ofendido ya que, según tu visión, los demás se vuelven agresores y tú siempre eres la víctima de tus propias emociones.
Lo que le pasa a una persona que se hace la víctima es que distorsiona la realidad, interpretándola a su manera, incluso, cuando se trata de comunicación no verbal. Ve malas caras y nota tonos agresivos con ellos donde no los hay ya que suelen ser personas vulnerables que piensan que el mundo debe de ser justo. De forma que cuando ocurren injusticias, se ven sobrepasados porque no son capaces de soportar la visión sesgada que tienen de la realidad.
El comportamiento victimista normalmente viene inculcado desde la infancia cuando enseñaron que los demás son los culpables del daño que les hacen.
No les enseñaron a hacer frente a la frustración, ni al enfado. Por eso, tienen tanto miedo a que la otra persona se enfade porque le inculcaron ese temor a que los demás le puedan hacer daño.