Pregunta-¿Por qué comenzó esta colaboración?
Respuesta-Xavier Nogués (X. N.): A las enfermas de cáncer de mama se las ha tratado tradicionalmente con tamoxifeno, un fármaco que mejora su supervivencia y que evita recidivas del cáncer. Sin embargo, los nuevos estudios demuestran una mayor eficacia con los inhibidores de aromatasa, que bloquean la producción de estrógenos a través del bloqueo de una enzima: la aromatasa.
P-¿Y cómo afecta esto a los huesos?
R-X. N.: Primero hay que dejar muy claro que los inhibidores de la aromatasa son necesarios para el tratamiento del cáncer de mama como terapia posterior a la cirugía, a la quimio y a la radio. Deben aplicarse durante cinco años. Pero los ensayos clínicos demostraron que estos inhibidores tenían efectos sobre el hueso que podían acabar siendo perjudiciales para la mujer. Es decir, esta sobreviviría al cáncer de mama, pero a expensas de perder masa ósea o, dicho de otra manera, de desarrollar osteoporosis. Llegados a este punto, el servicio de oncología del Hospital del Mar comenzó a hablar con el de medicina interna, que está especializado en metabolismo óseo. Y decidimos hacer un protocolo conjunto que evalúa la salud del hueso de estas enfermas. Se llama B-ABLE (Barcelona Aromatase Breast Inhibitor Long Term Evaluation).
P-¿El tratamiento del cáncer de mama puede ser agresivo para los huesos?
R-Sònia Servitja (S. S.): Depende de los fármacos y de cómo es el tumor. La quimioterapia también puede tener efectos sobre los huesos. Pero, más concretamente, los inhibidores de aromatasa tienen como toxicidad específica acelerar la pérdida de masa ósea.
P-¿Cuánto ha mejorado la supervivencia en el cáncer de mama?
R-S. S: Dentro del cáncer de mama está el subgrupo de los tumores hormonodependientes, que dependen de los estrógenos. Estos son los que se tratan con los inhibidores de aromatasa, que son una maniobra hormonal para reducir el estímulo estrogénico y que reaparezca el cáncer. Los cánceres de mama hormonodependientes son los más frecuentes y representan el 75 u 80% de los cánceres de mama. Se dan en mujeres postmenopáusicas. La tasa de supervivencia en este tipo de cáncer está entre el 70 y 75% a los cinco años.
P-¿Podría decirse que los avances en el cáncer ya no están solo destinados a curarlo sino también a mejorar la vida de los supervivientes?
R-X. N.: Exacto. Hace unos años la misión más importante era curar. Ahora, como ya vemos que el cáncer se cura, hay muchas otras cosas que se tienen que cuidar porque, si no, los pacientes tendrán secuelas tras haberse sometido a los tratamientos.
P-Una vez en su consulta, ¿qué hace usted?
R-X. N.: Primero, un historial médico para ver si la paciente tiene antecedentes en la familia. Es muy importante saber si la madre o abuela se han roto la cadera o si ellas mismas han sufrido alguna fractura o saber a qué edad se les ha retirado la regla. Todos ellos son factores que favorecen la osteoporosis.
P-Una menopausia muy precoz…
R-X. N.: Eso favorece la pérdida de la masa ósea. Se debe hacer a la paciente una historia clínica relacionada con la osteoporosis, una densitometría, unos análisis de metabolismo óseo, una encuesta de calcio y una encuesta de dolor muscular, articular y de espalda. Si ya tiene alguna patología de estas o la diagnostico de osteoporosis, le pongo un tratamiento preventivo para que no pierda más masa ósea. Y, durante los cinco o 10 años que deberá tomar los inhibidores de aromatasa, la voy controlando anualmente. Ah, y a todas les doy vitamina D, que es muy importante para los huesos.